En invierno nos iremos, sobre cojines azules, en un vagoncito rosa. Tan a gusto, cuando un nido de besos locos se duerme en cada blando rincón. Cerrarás los ojos para no mirar por los cristales la noche y sus negras muecas, los monstruos amenazantes, lobos negros, negros diablos como muchedumbre atroz. Después sentirás en la mejilla un arañazo… Y un beso te correrá, como una araña alocada, alocado por el cuello. Y me dirás: «¡Busca, busca!», inclinando la cabeza. -Pero, ¡cuánto tardaremos en encontrar ese bicho que viaja y viaja sin meta…!                                                                                                    L'hiver, nous irons dans un petit wagon rose Avec des coussins bleus. Nous serons bien. Un nid de baisers fous repose Dans chaque coin moelleux. Tu fermeras l'oeil, pour ne point voir, par la glace, Grimacer les ombres des soirs, Ces monstruosités hargneuses, populace De démons noirs et de loups noi

Hoy quiero hablaros de algo a lo que le llevo dando vueltas desde hace un par de meses. Las editoriales están apostando por libros escritos y protagonizados por personas racializadas, lo cual es maravilloso, lo que me extraña es que quienes promocionen y hablen del libro solo sean personas blancas, o no negras, si eso os hace sentir menos incómodos. Sinceramente que una persona blanca (o no negra) me cuente lo dura que es la vida para las personas afroamericanas, o que nos hable de "micro-racismos", me parece surrealista (bien es cierto, que  las personas negras podemos hablar de muchísimas cosas a parte de racismo). Es violento como hablan de temas de los que está claro que no controlan por la forma en que se expresan, a veces parecen que hablen de criaturas cuando nos describen. Por oto lado parece que ser feminista no incluye una reivindicación racial, la lucha feminista para nosotras no está ni puede estar alejada de una lucha racial (espero que a Rosalind frankl